Cuando la mafia comenzó a apoderarse de Colombia, el único político que se dio cuenta de lo que nos esperaba fue Luis Carlos Galán. Fue un visionario que supo como por medio de la corrupción y el plomo los narcos lograrían, rápidamente, acabar con la independencia de las llamadas Instituciones. Si algún día supiéramos realmente los políticos que recibieron y negociaron su apoyo nos quedaríamos asombrados. Para lograr acabar con Pablo Escobar hubo toda clase de alianzas que lograron alcanzar tan anhelado objetivo. Con ello, por supuesto, no se acabo con el narcotráfico, pero si se destruyó el símbolo de su violencia. Hicieron lo que se ha hecho siempre en este país: que cambie todo para que todo siga igual.
Fue tanto el daño que las FARC, con su soberbia y prepotencia, le hicieron a la sociedad colombiana, llegó a tanto su descaro y humillación al pueblo colombiano que este permitió todo tipo de métodos para alcanzar el objetivo de acabarlos a como diera lugar; nacieron los paramilitares y sus alianzas con el activo o solapado apoyo de la mayoría de los colombianos. Resultó peor el remedio que la enfermedad. Sin embargo quienes estuvieron al frente de tan despreciable metodología jamás reconocerán que se equivocaron.
En sus primeras declaraciones los líderes del paramilitarismo “desmovilizados” hablaron de un grupo formado por ocho personas muy importantes que prácticamente se encargaban de las decisiones de alto calado en esta criminal empresa. No deja de llamar la atención que ninguno de los medios de comunicación que nos manipulan haya destacado este grupo. ¿Cómo podrían hacerlo?
El último error cometido por los colombianos, en su afán por destruir la guerrilla, fue elegir al señor Álvaro Uribe Vélez para que lo hiciera. Este público vengador se dedicó con toda su energía a lograrlo y es claro que no lo ha conseguido aunque toda su propaganda esté enderezada a hacernos creer que ya lo logró.
La verdad es que los métodos utilizados para lograrlo no acabaran con las FARC, pero si lo harán con la mayoría de las cosas que valorábamos anteriormente. A pocos les importa que un señor rodeado de criminales haga lo que le de la gana para seguir avanzando en su lucha. Han llegado al colmo de pagarle a un asesino que mata a un hombre dormido y le cercena su mano para probarle a las “autoridades”, establecidas para protegernos a todos, que si cometió su proeza. Es recibido como un héroe y premiado económicamente. Despúes el famoso Isaza y siguieron otros secuestradores. Está llenandose de héroes. ¡Que vergüenza! ¿Es eso aceptable?
Y si eso es lo que hacen públicamente, se imaginan lo que hacen a nuestras espaldas y cuando se descubra algo, como ya se ha descubierto, siempre será a sus espaldas. Y este pueblo enjalmado se lo sigue creyendo. !Por Dios!
Cuando nos demos cuenta de la forma como este señor esta terminando de cambiar la mentalidad de un pueblo, para que se autodestruya, posiblemente no habrá tiempo de dar marcha atrás.
Cuando algunos se dieron cuenta de que Pablo Escobar y sus seguidores habían convertido en sicarios a muchos jóvenes de nuestras comunas, comenzó una campaña, utilizando vallas con mensajes bíblicos para reconvertirlos y eso fue imposible. Hoy, están apelando al mismo método dizque para que la violencia no vuelva a Medellín y ha difícil que será deshacer lo hecho.
Lo mismo pasará cuando se den cuenta de que a nadie le importa nada lo que tenga que hacer para lograr los objetivos que se proponga. En ese momento harán campañas recordándonos que el fin no justifica los medios, pero también será tarde.
¿Qué hay de nuevo en lo que estoy escribiendo? Nada... Lo triste es que a pesar de todas las evidencias, de todo lo que pasa aqui, una marcada mayoría sigue creyendo que con el señor del Uberrimo nos cayó el maná del cielo. No hay peor ciego que el que no quiere ver y si, al parecer esto es lo que nos merecemos. !Que desgracia!
Pueda ser que lo que probablemente haga el nuevo presidente americano, tenga consecuencias positivas en nuestro desgraciado país.
Enero 24 de 2009
sábado, 24 de enero de 2009
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