sábado, 7 de febrero de 2009

EXPLOTADORAS

Si quisiera definirlas, diría que son mujeres que se dedican a gastarse la plata de un hombre que no les interesa mientras se divierten con otro.

He oído hablar mucho de ellas pero no conozco ninguna y por increíble que parezca si conocí dos explotadores y los dos relacionados con mujeres que me importaban.

Hace muchos años conocí una mujer con la cual me gaste una pequeña herencia, sin embargo nunca podría aplicarle este termino, cierto que se gastaba la plata conmigo, pero no la aprovechaba en su único beneficio y además no le importaba ningún hombre.
Estaba conmigo, y con cualquiera que le pagara, por razones que aun hoy no comprendo. La única razón que no se dio para estar conmigo era que le gustara. Me demostró siempre cero interés, puedo decir que nos gastamos mi plata contra su voluntad. De por lo menos mil veces en que nos acostamos, tranquilamente pudo leer la prensa novecientas noventa y ocho mientras me desesperaba inútilmente por despertar su interés. Sólo lo hizo en dos ocasiones, y soy tan conforme que considero que esas dos ocasiones valieron la herencia que desperdicie.

Aunque siempre pensé que se había alejado de mí, hoy en día creo que me llene de pánico cuando tuvo un hijo y no volví a verla durante muchos años. Conmigo, la verdad no consiguió un peso, aunque si nos gastamos bastantes. Lo único que le quedó di mi mocedad fue una pequeña esclava de oro que le deje cuando para alejarme de ella me fui para Méjico. Sobra decir que a los quince días estaba aquí buscándola en su pueblo natal porque después de mi viaje se retiro de su negocio y se ajuició durante los quince días que me alejé.

Después de perderme, siguió explotando sus atractivos físicos que eran bastantes en la bella villa. Un año después se fue para Panamá y allí desempeño brillantemente su profesión, consiguió con que comprar casa en el Poblado donde vive hoy en día como la excelente dama que es. No puedo menos que reírme de mi pobre vieja, quien al enterarse de que tenía casa trato de que retornara a los viejos amores que nunca aceptó en mi lejana juventud. Verdaderamente fui injusto con ella cuando le dedique en tantas de mis rascas la bien paga y la bruja de Arienzo.

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