Cuántas clases de adictos hay? Podemos hacer numerosas clasificaciones pero bajo mi punto de vista no tienen ninguna finalidad práctica. Lo único cierto es que hay tantas clases de adictos como personas. Cada uno es un caso diferente.
Los que consumen droga por curiosidad o por moda, probablemente la dejaran sin mayores dificultades al pasar el tiempo.
Un consumidor, criado en un medio normal, si empieza a consumir a una edad cercana a los veinte años, probablemente pueda ser ayudado, en caso de que lo desee, por la psiquiatría. Francamente no creo mucho en la psicología como una alternativa para tratar a los adictos. Somos demasiado complejos y ella todo lo esquematiza.
¿Cuál es el problema para que la psiquiatría ayude realmente a un adicto joven? Pienso que no existe una sino tres grandes dificultades:
- La primera, consiste en la sobre valoración que todos tenemos de nuestras fuerzas. Creemos que solos lo lograremos y si somos realmente adictos eso no ocurrirá, lo más probable es que fracasemos una y otra vez hasta que lleguemos a perder la fe en que podemos lograrlo.
- La segunda consiste en que nos parece degradante ser tratados psiquiátricamente y perdemos de vista que simplemente estamos recibiendo ayuda de una rama de la medicina muy desarrollada por cierto.
- La tercera es una mezcla de las otras dos, si por cualquier circunstancia nos disponemos a recibir el tratamiento, rara vez estamos dispuestos a ponernos en manos del siquiatra confiando en que el realmente sabe lo que necesitamos, tanto en dosificación como en el tiempo. Tenemos la tendencia a creer que ya todo pasó y nos equivocamos fácilmente, corriendo el peligro de que si recibimos varios tratamientos y fracasamos entonces perdemos la fe un una ciencia que realmente tiene los elementos para ayudarnos a salir de allí.
¿Qué se puede hacer entonces por un adicto?
- Si él lo quiere podemos ayudarle en primer lugar a que identifique la gravedad del problema que tiene.
- Podríamos llevarlo a conocer personalmente el destino que le espera si continúa por ese camino. Visitar “ollas”, cárceles, hospitales.
- Podríamos ayudarlo a recibir un tratamiento médico adecuado.
Nada de lo que nosotros hagamos o digamos, le ayudará a quien no lo quiere y se necesita muchas veces un milagro, aunque no creamos en ello, para que cierta clase de adictos salgan de allí.
Lo único que podemos hacer es ayudarle mientras quiera y es de sabios reconocer cuando es mejor, para todos, dejarlo que siga su camino por doloroso que sea.
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